5 de mayo de 2011

LEYVA-SIERRA ESPUÑA-MURCIA- VIA CARRILLO-CANTABELLA




Ultimamente, anda el grupo un poco de capa caída, por ciertos acontecimientos de carácter físico y personal. Así entre la lesión de Liby y alguna que otra cosilla andamos Rafa y yo, sólos, mirando la forma de seguir dándole a esto de la "conquista de lo inútil" que es lo que más nos gusta y el mejor tratamiento que conocemos para la morriña y la depresión. Y así, andábamos, de capa caída, tras la Semana Santa más sosa de los últimos años y con las perspectivas no mucho mejores de pasar el puente del 2 de mayo viendo llover tras las ventanas, cuando, así, de sopetón, se me ocurre el viernes por la tarde, aún en la oficina, con los últimos coletazos de las presentaciones al registro, mirar de nuevo las previsiones meteorológicas, cuando veo que el domingo dan bueno en Alhama de Murcia, y pienso yo para mí mismo -¿y porqué no?, locuras mayores hemos hecho- Así que cojo el teléfono, y le llamo a Rafa, -oye tío, ¿y si mañana por la mañana hago la compra, te vienes a comer a casa y por la tarde nos vamos para Murcia y le damos un tiento a la Carrillo-Cantabella que se nos quedó en el tintero en la última visita?. "Es que el lunes por la tarde tengo que salir de viaje para estar por la mañana en el curro en Cádiz" -me suelta así de sopetón. "Pues nada, -contesto yo-, llegamos, dormimos, escalamos y pá casa, ¿te parece?". "Pues visto así... ¿y que sale la Carrillo?". "Aquí pongo un estribo y se acabó, superior -le contestó yo-". "Pues bueno, pues fale, ¿a qué hora quedamos?"


Y dicho y hecho, a las siete de la tarde salíamos de Villarejo de Salvanés, dispuestos a darnos un palizón de los buenos, que si entre semana no ando con agujetas parece que me falta algo.


A las diez y media estamos en el "Jarrón de Oro", mesón a la salida de Alhama, dando buena cuenta de una cena "ligerita" antes de tirar para el pequeño parking que hay junto a la cadena donde empieza la pista de aproximación a la pared. Primera sorpresa, ¡no hay ni el tato!, completamente solos montamos la cama en la furgo y a sobar. A eso de las doce y media llegó otra furgoneta que aparcó en la zona y, con gran discreción, a dormir.

A las siete y veinte ¡arriba!, recogemos un poco, contribuímos a la repoblación de la flora local y un "frugal" desayuno de los nuestros (huevos, bacón, pan integral, fruta y café), nos pone las pilas para afrontar la jornada. Metemos los trastos en unas pequeñas mochilas y... caminito y manta.

Cincuenta minutos después estamos a pie de vía, preparándonos para comenzar esta magnífica vía cotada de 6a en el segundo y en el quinto largo, e identificada a pie de vía como de V+.



En seguida, le da Rafa al primer largo, que tras un sencillo comienzo, pero que como siempre te pilla frío, aunque rápidamente te hace entrar en calor al llegar a un pequeño diedro naranja, ligeramente desplomado que te deja bajo una panza que se supera, no sin esfuerzo, pero con buen cacho. Aún quedan unos metros de vertical diedro hasta llegar a la reunión. El resto de la vía, a excepción del tercer largo, ya no da tregua, vertical y mantenida.

El mataete, sube resoplando, pero para sorpresa general, supera el paso del desplome sin más incidencias que una desgarradora expresión de "¡mecáchis en tó lo que se menea, juerrrrrrr!"

El segundo largo es el del famoso 6a de placa, del cuál habíamos oído que tenía truco pero que ninguno de los dos fue capaz de ver dicho truco por ningún lado. Tantos pies de gato han pasado por ahí que han dejado la placa pulida como un espejo. ¡Juer, peaso de largo!, pino, pino y de pies y manos justito, justito.

Así en estas, y no sin esfuerzo, llegamos a la segunda reunión, y pensamos, "bueno, ahora viene un larguito fácil de transición para reponer fuerzas", Je, je, je. Tras atravesar a derechas el pequeño jardín que tenemos sobre la reunión, hay que coger un aéreo y fácil espolón que, no obstante, no te permite ir tranquilo en ningún momento, pues tiene toda la pinta de ir a desmoronarse en cualquier momento.
Tras "levitar" sobre esta pedrera vertical, se llega a la tercera reunión, colgada y nada cómoda, que te deja al comienzo de otro largo vertical y mantenido y de gran calidad. Salida fina de la reunión a travesía guapa a izquierdas hasta una fisura bajo un árbol, aquí habrá que hacer un poco el "mono" para subirte al árbol y quedarte bajo un pequeño desplome que puedes superar de frente o un poco más a la izquierda sin mucho mayor problema

Tras él, un diedrito de estéticos pasos, un poco de fisura, un poco de placa y ¡hale hop!, ya estamos bajo la joya de la corona. El magnífico quinto largo de esta guapa vía es la guinda a este pastel, lástima de fotos, pero, entre que sólo teníamos mi móvil y que se quedó sin batería, nos quedamos sin inmortalizar el momento. Pero no os preocupéis que yo os lo cuento para que os hagáis una idea. El largo andará por los treinta o treinta y cinco metros y comienza a la altura del techo de la "Almirante", exactamente a su izquierda, con unos finos pasos en fisura, te vas moviendo en diagonal a derechas sobre un pulido y vertical muro. Las chapas marcan el camino y, como parece lo más evidente, Rafa se fue totalmente a la derecha a una pequeña repisa junto a una fisura y un árbol que te impide progresar por ella (por eso no va la vía por ahí), cuando te quieres dar cuenta tienes que volver al muro, contando sólo con un agarre muy arriba. Rafa las pasó caninas para aguantar la puerta que te hacía el puñetero bloqueo, pero lo sacó; pero a mí me pudo, con tan mala fortuna que me golpeé el nudillo del anular derecho al caer, aún así, aprovechando la circunstancia le entré al paso de otra manera y, esta vez salió, con esfuerzo, pero salió.


Una vez superado el murito, pasos fáciles te dejan en otra jodía placa de adherencia protegida con otra chapa (la vía está totalmente equipada con parabolts) que te deja bajo la traca final, el diedro desplomado de la salida (6a) y su famoso bolo empotrado. Rafa me avisa "es duro, pero sale". Me coloco, me abro, me cierro y, cuando casi lo tengo, saco la mano derecha para bloquear y... el dolor en el dedo anular es tan intenso que es imposible cerrarlo, "no puedo tío, me duele que te cagas, y no puedo cogerme", así que no queda más remedio que tirar de recursos y, con una par de buenos tirones y una "mini tracción" (¡que gran invento!) logro superar el "bolo", el resto ya es más sencillo y los agarres y los pies abundan por todos los lados para llegar hasta la arista final de esta extraordinaria vía que hemos disfrutado en casi total soledad (sólo tres cordadas más vimos en toda la pared). La verdad es que me fastidió no haber podido rematar la faena en condiciones pero, como dice Rafa, dos metros no oscurecen doscientos. Mientras bajábamos, la mano aprovechaba para hincharse pero, afortunadamente, aunque aún me queda algo de dolor residual, creo que no impedirá que, este fin de semana, volvamos nuevamente a las andadas y, como dice aquél, ¡que no falte!.


Y ya os imagináis el resto, bajada por la canal. Llegada a la furgo, recogida, pitillito y a comer al "Jarrón" y luego, pues otros 450 kilómetros de nada para llegar a casa a las diez de la noche, justito para llegar a la cena (je, je, je). En fin, que espero que esta nueva aventurilla os haya gustado y entretenido un ratillo, que es de lo que se trata. Ya veréis ya, el día que aprenda a escalar los "peaso" de reportajes que os voy a colgar. Je, je, je.


Salud, amigos.

22 de abril de 2011

EL TOROZO-GREDOS-VIA DEL GRAN DIEDRO-17 DE ABRIL DE 2011








El pasado sábado, dado que una de las patas del grupo los carburantes anda con muletas, marchamos las dos que quedaban "sanas" para el Puerto del Pico, con la sana intención de hacer una de las vías más clásicas y repetidas de esta maravillosa mole de granito que preside y cuida del valle de "Las cinco Villas" con la majestuosidad de un Dios protector. Casi trescientos metros de alto y más de quinientos de ancho que alberga un sin número de vías de escalada de todos los pelajes y colores, la mayor parte de ellas semiequipadas.

Así que, nos levantamos tempranito, desayunamos y a las siete y cuarto de la mañana estábamos en ruta hacia Avila, que, a mi modo de ver es la forma más rápida y cómoda de llegar desde Madrid, por la A-6 y luego por autovía hasta Ávila para después tomar la N-502 dirección Arenas de San Pedro y así, subir y bajar el Puerto por el lado más cómodo.

Al poco de pasar el desvío de Arenas, el tiempo comienza a estropearse y alguna gota golpea el parabrisas de la furgo. Huy, huy, al final nos vamos a dar la paliza para nada, nos tememos. Pero, cuando comenzamos a subir el Puerto, empieza a abrir.



Hace fresco, y cuando aparcamos y salimos del coche, tenemos que ponernos las chaquetillas para no quedarnos helados, las nubes, hechas jirones, aún nos impiden ver la silueta del Torozo.



Cuando enfilamos el camino que hay tras el restaurante, el día ya está soleado aunque fresco, aunque no conocemos el camino, este parece más que evidente, y pronto llegamos al pequeño refugio de la fuente.
A partir de ahí, y por las descripciones que había leído, cogemos el desvío que sale a la derecha y que, con suave bajada nos lleva a cruzar un arroyo y así, cambiar de vertiente.


Después, una subida hasta un bloque característico que marca el fin del camino cómodo. A partir de ahí y si, como es nuestro caso, no conoces la zona, lo mejor sería no perder los hitos que continúan subiendo hasta el pie de La Albujea. Nosotros comenzamos a atravesar demasiado pronto y nos tocó hacer un poco de todo. Trepadas, travesías pelín expuestas, algún descenso de adherencia, hasta que, bajo el final de la canal norte, sobre una plancha cómoda, decidimos parar y dejar las mochilas, ya que intuímos una pequeña canal que nos parecía conducía al pie de la vía.
Tras preguntar a un grupo de cinco que allí se dirigía, confirmamos la ubicación exacta y para allá partimos tras sus pasos. Sólo para confirmar que los cinco iban a la misma vía que nosotros, así que, nos lo tomamos con calma y allí nos sentamos a estudiar la vía en cuestión. La misma se nos presenta impresionante desde abajo. La verdad es que todo el entorno es impresionante, es un pedazo de pared de mucho cuidado el Torozo, sí señor.Tras esperar una horita para dar tiempo a las dos cordadas para que cogieran distancia, nos calzamos los archiperres y enfiló Rafa el primer largo por donde habíamos visto hacerlo a los que nos precedían.


Cuando estoy yo sufriendo para subirme a la placa y enfilar el primer largo, una cordada que espera tras nosotros me avisa: yo creo que no es por ahí, la entrada va por la izquierda que es más sencilla. Una voz tras de mí lo confirma: -¡Eh, Josefer, que por ahí no va la vía!, Ja, ja, ja, es el amigo Rupicabra de Vía Clásica, al que últimamente me encuentro siempre a pie de vía en los rincones más insospechados de la geografía española (un abrazo amigo.)



Así que me pongo más a la izquierda y, efectivamente, la cosa afloja mucho, pero resulta que Rafa ha metido un "friend" en una fisura y ya no puedo seguir por aquí pues el mismo queda a mi altura pero muuuuuucho más a mi derecha. Así que, no queda más remedio que dar de travesía cinco o seis metros muuuuuy divertidos en los que sólo pienso una cosa "más vale que no resbales aquí o esta va a ser la madre de todos los péndulos". Afortunadamente, todo va bien y llego sin más incidencias hasta la fisura donde se aloja "mi amigo", ya no queda más remedio que continuar por el mismo sitio que subió Rafa: fisura bavaresa, adherencia y pequeño desplome de paso muuuuuy largo que me sale a la primera, hoy me da la sensación de que la cosa va bien. Ojo a los repetidores por este lado (derecha) no sale IV como dicen las reseñas.



El segundo largo, la verdad, es que tiene poca historia. Va por una fácil canal de III, un poco a la derecha de la reunión, hasta un pequeño flanqueo a izquierdas que te deja en la segunda reunión. La verdad es que creemos que tampoco va por ahí la vía, ni por una placa con dos chapas que hay sobre la reunión (¿o sí?) pero como íbamos siguiendo los pasos de quién parecía saber, pues por allí que tiramos todos.





El tercer largo, es una verdadera delicia. Nada más salir de la reunión, hay que superar un pequeño diedro bavaresa (lástima no tenga unos cuantos metros más) con unos agarres estupendos que, si te colocas bien, puedes disfrutar plenamente.

Tras él, una trepada fácil, te deja al pie de una chimenea vertical que, al mirarla, me digo a mí mismo, tronco, tú aquí no coges, o te buscas la vida o aquí te quedas. Para entrar tiene un paso muuuuuy largo que te permite auparte por fuera y luego... bueno, no sé, es que casi mejor ir y verlo ¿no?, espectacular. Yo es que soy muy "mataete" y, claro, estos V gredenses de los de antes, cuando me salen así de bien, me llenan la "tripita" de mariposillas. Sólo deciros que sí, que cogía ¿eh?, que no tuve que meter tripa ni nada de eso.





Tras esto, se llega a la tercera reunión, la que te deja justo bajo el espectacular diedro que da nombre a la vía, a pesar de que, según parece, originalmente no iba por el diedro propiamente dicho si no un poco más a la derecha. Pero nosotros, como todos, ni lo pensamos y allí que se fue Rafa a por el diedro. Le costaron los primeros pasos, pues parece que no quiere dejarte y te escupe un poco para fuera, pero Rafa para esto no tiene miramientos y rápidamente llega al primer reposo. Hace el segundo tramo y llega a la salida, que es lo más complicado pues aquí sí que te escupe. Lo supera y hace reunión en una pequeña plataforma con un clavo, que refuerza con dos friends, en previsión de lo que pueda suceder con el matao que viene detrás. Pero este se sorprende a sí mismo, superando el diedro sin mayor problema que unos cuantos empotramientos del muslamen en la parte "escupidora" -poco elegante, pero efectivo-. Una pena que no haya foticos de esta parte, pero Rafa se quedó sin móvil que era la cámara que llevaba.



La salida de esta cuarta reunión tiene su aquel y, no sé porqué, pero a mí se me atravesó. Son unos pocos pasos en desplome, pero con buenos agarres y una postura que, dada mi proverbial elegancia y donosura, yo no veía por ningún lado. Tras un pequeño susto y la ayuda de un "pequeñín" con cinta, al final logré sacarlo con más pena que gloria (había que buscar alguna excusa para volver a repetir). Tras superar esta sección, por una fisura y unos cuantos paso de IV+, se llega a una travesía y, desde allí, flanqueando hacia la izquierda se debería de llegar a la reunión común con la Gollum, pero Rafa tiró recto (nuestro amigo Rupicabra y otro par de cordadas iban hacia ella) e hizo reunión con una cinta en un bloque cuatro o cinco metros por encima de ella. Cuando llegué y ví la reunión, sabiendo cómo lo había pasado al principio de este largo... ¡glups!, se me secó la garganta.




Pero Rafa decía, tranqui tío, está a prueba de bombas.

Aprovechamos para hacer paradita y fonda y dar buena cuenta de unas naranjitas y unas barritas. Mientras, llegaban a nuestra vera los dos chavales que venían detrás nuestra. Da gusto encontrarse gente así en la pared, disfrutando y sin prisas. Que no te estresan. Un abrazo para Cristian y su compañero, con los que fue un placer coincidir en esta estupenda vía.
Deciros que, a partir de aquí, se acaban las dificultades pero no la vía. Hay que mentalizarse que todavía quedan por escalar más de ochenta metros, algunos muy, muy fáciles, y otros con algún que otro pasito, aunque en general, la tónica es más de trepada que de escalada. Nosotros y los chavales que venían detrás no nos quitamos las cuerdas hasta que no estuvimos en la cumbre pero, claro, cada cuál es muy libre de hacer lo que mejor le parezca.
El descenso no tiene mayor pérdida ni dificultad, pequeño y fácil destrepe hasta la canal norte y por ella hasta el final, con la única precaución de no pillar piedras sueltas y terminar manchando la culera del pantalón.






En fin, una vía muy, muy recomendable. En la que las reuniones están equipadas (salvo la de por encima del diedro si la hacéis. ¡Ojo, si seguís hasta la reunión común con la Gollum!, los chavales de delante nuestro, con cuerdas de sesenta, no llegaron a la reunión y tuvieron que subir los primeros metros del diedro los segundos de cuerda, con el riesgo que ello representa, ya que, como dije más arriba no son precisamente fáciles). Y, a partir de esta ya no hay nada ni, verdaderamente, son necesarias. En los largos sólo algún clavo disperso, aunque en muy buen estado, pero la vía se protege estupendamente y tiene cacho por todos los lados.




¡Qué la disfrutéis!

31 de marzo de 2011

QUEDADA VIA CLASICA EN LOS MOLONDRIOS

Aunque con un poco de retraso, debido al exceso de trabajo y de ocupaciones -debe de ser que me aburro soberanamente o que he aprendido a manejarme en el "Carpe Diem", pues difícilmente recuerdo etapas de mi vida en que no tuviera nada que hacer. Además es que no puedo, los fines de semana que llueve o que, por cualquier otro motivo, tengo que quedarme en casa, se me hacen tan soporíferos que, finalmente me paso el día durmiendo y, al final, no hago nada. En fin, después de la parrafada, retomo el comienzo y digo:









Aunque con un poco de retraso, finalmente comparezco para daros un poco la paliza a unos y a poneros los dientes largos a otros, con el estupendo fin de semana del 19 y 20 de Marzo en que, acudiendo a la convocatoria de Galo en el foro de Vía Clásica, nos juntamos un buen puñado de gente donde Cristo perdió el mechero, uséase, en los Molondrios (La Pedriza) cerca de la pradera de Navajuelos. Hasta Rafa se vino de Canarias, para acudir a tan magno acontecimiento.




Con un tiempo estupendo, salimos de Cantoco con los armarios de tres cuerpos a la espalda, y armados de paciencia, pues nos esperaban cerca de tres horas de cuestorro hasta llegar al lugar de la quedada.


El pájaro, siempre impresionante (ya va siendo el momento de hacerle otra visita, en cuanto acabe el período de nidificación que siempre hay que respetar, habrá que ir a la este), hay que dejarlo a nuestra derecha y seguir subiendo.



Por el camino, nos fuímos encontrando algunos amigos que iban engrosando el grupo, unos más adelante, otros más atrás, al final subimos un buen grupo juntos.


Por fin llegamos, tras algún que otro pequeño despiste (para otros no tan pequeño) logramos reunirnos con la gente que, o bien había llegado el día anterior o habían salido más temprano.


Un pequeño descanso para los saludos, algo de hidratación, un piti y... ¡al lío! Rafa viene con el mono y no pierde un segundo en prepararse y marchar con Galo para la "Perros Salvajes" al Gran Molondrio, un "A3+/A4" sólo para mentes curtidas y especialistas del artifical cuasi-extremo, aquí un micro mal puesto, un "copper head" rebelde, no te dan una segunda oportunidad.


La expectación por una de las escasas repeticiones de esta vía es máxima y durante un buen rato acapara la atención de todos (amplio reportaje en el Foro de Via Clásica), pero finalmente, pueden más las ganas de escalar y, mientras que unos bajan a la zona de los vivacs a intentar algún A1/A1+, otros ya están en la Santillana, otros se van de "solo" a hacer alguna fisura y El Patxi, Alberto y yo nos vamos a hacer otro artifo de la zona, que sólo conocemos como "la vía del arbolito"


Después de tanto ejercicio, como no podía ser menos, hay que preparar los "aposentos", así que nos bajamos todos para la zona de los vivacs -menudos "hotelitos"- a repartirnos los sitios para dormir y preparar una buena cena, ya que la comida ha sido más bien escasa.


Pero Rafa, que se muestra insaciable, no ha tenido bastante, y justo sobre el sitio elegido para dormir, se hace la "Sabor a Líquen" de Iván (propuesta de ¿A1+/A2?) a la luz del frontal, para hacer hambre.


De la velada nocturna que siguió, que os voy a contar que no os imaginéis, el agua de fuego corrió por nuestras gargantas y danzamos a la luz de la luna llena más grande de los últimos veinte años, y, como prometimos, la luz de nuestros frontales se pudo ver desde las terrazas de Mordor como seria amenaza a las tinieblas que pueblan nuestros días: "Aquí hay una tribu dispuesta a resistir, ahora y siempre al invasor"


Por la mañana, a seguir con lo nuestro, Rafa y Liby a repetir la Sabor a Liquen.


Otros, al falso Molondrio, otros a Dos Torres, otros más a la del arbolito.


Y así, poco a poco, todos fuímos regresando a la cruda realidad de la civilización con un sólo pensamiento en la cabeza:


¿Cuánto queda para el próximo finde?, ¿para cuando la próxima quedada?


AQUI OS DEJO EL ENLACE AL ESTUPENDO VIDEO DE LA QUEDADA QUE SE HA MARCADO EL AMIGO JOSETXU, PARA EL CANAL DE TV DE VIACLASICA. ESPERO QUE OS GUSTE:


http://www.viaclasica.com/tv/

13 de marzo de 2011

¿FIN DE TEMPORADA?

Bueno, al menos en Peñalara tiene toda la pinta que esto, si alguna vez empezó, está a punto de acabarse.

Que este año tenemos gafe con el hielo, da fe el principio y el fin de temporada. El primer día que salimos, en el Puente de la Constitución nos las prometíamos muy felices. El Circo del Peñalara espléndido, las cascadas estupendas... y petadas. Nos metemos en una de las paredes del Zabala y ¡zas! me quedó con toda la placa de hielo entre los pies -menos mal que iba de segundo-

Después todos sabemos lo que ha habido, mal tiempo en general y poco frío y además una lesión en el abductor de la pierna izquierda que me impidió hacer la Esteban Altieri con los chicos -por cierto, ese es un reportaje que os debe Liby, ya que a mí me falta el punto de vista subjetivo, imprescindible para hacer el relato interesante. ¿Qué os voy a contar, el sentimiento de frustración que me invadió al tener que quedarme a pie de vía?.

Hace dos semanas queríamos haber ido a Galayos a echar un vistazo a la Canal de la "Negra", pero la información de los "espías" nos hizo desistir del intento.

La semana pasada, después de darnos el madrugón y, esperanzados por el paquetón de nieve que había caído, nos subimos -no sin dificultad- hasta el Puerto de Navacerrada, sólo para descubrir que los aparcamientos estaban impracticables y que tardarían más de dos horas en limpiarlos. ¡Hala, a tragar frustración!, menos mal que siempre queda La Pedriza para olvidar las penas y más cuando está nevada.

Este sábado, Liby y yo (Rafa está currando en Canarias al menos un mes) decidimos hacer otro intento a ver si, al fin, logro estrenar los crampones. Nos levantamos a las 5 y veinte, desayunamos y a la furgo. Cuando voy a sacarla del garaje ¡sorpresa!, la rueda delantera derecha está en el suelo, el primer pinchazo en ocho años, menos mal que aún estaba en el garaje, pues fuera caía la del pulpo. Cambio de rueda, a lavarme y a arreglar el pinchazo. Al final salimos de Madrid a las diez de la mañana y con 95 pavos menos.

Cuando llegamos a Navacerrada, llueve y la niebla se ha enseñoreado de toda la zona, huy, huy, huy. Si está muy mal la cosa en Cotos nos volvemos aquí y hacemos la arista de Las Cabrillas, a ver qué tal está -le digo a Liby que no la conoce-. Esta arista, para mí, es como un totem, cuando estoy bajo de moral o solo, siempre recurro a ella.


Es una zona que tiene una energía especial. Para los que no la conozcan les diré que comienza en un Collado bajo Guarramillas y frente a la Maliciosa, con la garganta del Diablo y la Barranca a sus pies. No es muy complicada, pero tiene algo que me atrae

Además, puedes volver de forma relajada por la parte baja del filo rocoso.



La lluvia, la niebla de Navacerrada, todo desapareció al llegar a Cotos y... incomprensiblemente a las once de la mañana el parking medio vacío. Preparamos los trastos y ligeros de equipaje tiramos para la Laguna, a ver si por lo menos podemos hacer alguno de los tubos... la cosa pintaba bien, había paquetón de nieve y esta no parecía en muy mal estado, incluso en la zona de los trineos.
Preguntamos a los forestales y, ¡otro revés!, hay que evitar la ladera de la Laguna, la cornisa está a punto de caerse, además -nos dicen- la parte de arriba está muy podrida.
Subiendo por el camino de la Laguna nos parece hasta mentira, todo el camino la nieve está espectacular, dura y cómoda hasta la caseta del guarda al pie de la Laguna. Eso nos permite ir a buen paso y en apenas veinte minutos llegamos desde el depósito del agua.
La vista es espléndida con las nubes metidas en las cumbres de dos Hermanas y Peñalara. Las nube que cubren la parte alta levantan un poco y vemos la cornisa -mejor las cornisas- amenazadoras sobre los tubos y corredores. Los que se aventuran hasta la cumbre lo hacen por la parte derecha, desde el hito Tibetano. Alguno esquiadores se deslizan por esa zona e, incluso, podemos ver a algún inconsciente andando sobre la cornisa de Dos Hermanas.
Es muy tarde para intentar subir por el hito Tibetano a ver los corredores (además, aquí la nieve si estaba blanda e incómoda, hundiéndote hasta las rodillas). Así que decidimos hacer la pala de nieve que va bajo las paredes del Zabala y subir hasta él. El cuestorro resulta estar de lo más entretenido, con un par de zonas a 40/45 grados divertidas y esforzadas que, al fin, nos arrancan los primeros resoplidos, la salida incluso está durita y con algo de hielo, pero no son necesarios los crampones y, con el bastón corto, es más que suficiente.
Llegamos junto al Zabala justo cuando empieza a subir la niebla otra vez, dándonos una vista espléndida de Cabezas. Hace algo de viento, pero la temperatura es demasiado alta. No queda ni una cascada en pie y, de hecho, un enorme trozo debió de caer mientras estábamos por allí, pues resonó en todo el Circo.

Comenzamos a bajar sobre las dos de la tarde por la zona de las zetas para hacer una circular. Salvo un poco en la parte de arriba, el resto, la nieve empezaba a estar blanda y acuosa y, en la parte de abajo realmente podrida. Y, ¡oh sorpresa!, en apenas tres horas toda la zona de los trineos, había quedado completamente limpia de nieve.

En fin, que me da a mí que, si quiero estrenar los crampones, al final tendré que irme a los Alpes.
Os dejo unas fotitos, no son de buena calidad pues son de móvil pero la de Cabezas está muy chula.









Nota: Las fotos de las Cabrillas, son del año pasado. No hizo mal día, pero no tanto como se puede ver en esas fotos.
Un saludo a todos.





25 de febrero de 2011

QUEDADA VIA CLASICA


Bueno amigos, estáis avisados. El finde del 19 y 20 de Marzo se va a liar buena en la zona de Los Molondrios, las luces de nuestros frontales podrán verse desde las terrazas de los rascacielos de Mordor en la Castellana. Todo el que se anime será bienvenido/a.
Allí nos vemos.
Un saludo del grupo "Los Carburantes".

15 de enero de 2011

EL CAMAROTE DE LOS MARX-PICO DE LA MIEL-LA CABRERA


Como andamos con un buen amigo que anda por Madrid, entre su viaje en bici por EEUU (Rocosas, Yosemite... ufff , bendita juventud, y su marcha para Benasque, y el chaval tenía ganas de marroncetes, nos hemos ido los cuatro para La Cabrera (tierra de fisuras y regletas). La idea era hacer dos cordadas, Mariano y Liby irían a la Julito y Rafa y yo queríamos darle a la Harakiri, ya que nos quedamos enganchaos con la pinta del largo de los bloques fisurados que vimos cuando hicimos la Julito ( ja, ja, ja , la Harakiri, ja, ja, ja ).
Después de averigüaciones varias, varios paseos por la base y demás, dedujimos que la entrada original de la Harakiri era una oscura y musgosa canal, chorreante, con pinta de no pasar nadie por allí desde los tiempos de la apertura. Así que, como le vimos más color a una fisurilla vertical que te llevaba a una chapa como a ocho metros del suelo, por allí que tiró Rafa. Está claro, hicimos como tó Dios que se mete por allí, entramos por la Casera Atómica.

Mientras, Mariano, que no veía color al diedro de la Julito, patinoso, patinoso, lo intentó por el mismo lado que lo habíamos hecho nosotros hace unos días, y ya de paso comprobar si en la Cabrera daban cursos de vuelo sin motor. En estas que estaba yo asegurando a Rafa cuando pude oír claramente cómo pedía permiso para aterrizar a la torre de control... permiso concedido le contestó el "friend" que le paró, no sin cierta brusquedad, ¡pardiez, está usted bien!, ¡por los clavos de cristo, señor, que si no es por mi "amigo" salimos de aquí en helicóptero!, contestó el avezado aventurero. Total que no lo ve claro, deja un mosquetón en el puente de roca y un friend como quitamiedos y se baja. Estaba yo en las cuitas de la Casera Atómica cuando una cantarina voz resuena a mis espaldas ¡me cagón tó lo que se menea, menudo vuelo que me he metido tío!, ¡que nos vamos tras sus pasos, si ustedes no lo tienen a mal!, proceda amigo, le contesto yo.

Volvamos un poco atrás a nuestro propio marrón, llega Rafa, chapa y sigue, se sube a la placa y pregunta ¿tiro a la bavaresa?, si no hay más remedio, contesto yo, pero lo suyo sería ir con tendencia a la izquierda. Pues por el musgo yo creo que no es, contesta Rafa, pero antes de salir de la bavaresa se ve una chapa un poco a la izquierda. Pues tira... Rafa se sale de la bavaresa y tira tó recto en adherencia a por la chapa. Ahora sí que estamos en la Harakiri, le digo yo, incauto e inocente de mí, sigue Rafa tó recto, chapa la siguiente (o era un fisu, ...esta cabeza...) y me dice, oye tío yo aquí no veo reunión ni veo ná de ná, veo una reunión pero está a la derecha. Pues esa va a ser la de la Rivas Acuña, le grito yo, pero tú mismo tío tira para allá. Y en osada travesía, nuestro héroe se dirige sin dilación hasta la reunión (¡qué tío el Rafa, es un máquina, además, no tiene huevos, tiene cojinetes. Todo este largo se lo había hecho en zapas! V+ de adherencia según vimos después, además de la "trave" que vaya usted a saber qué sale, que nosotros somos muy dejaos para esto de los grados, si podemos, podemos... y si no pabajo.)

Total, que reunión y turno para el matao que va tó el rato pensando: "pues esta va a ser la entrada de la "Casera", porque esto, cuarto más, no va a sé, no." Me salgo de la bavaresa, enfilo en adherencia, reprimo las intenciones del A0man que llevo en mi interior, quito la chapa y sigo enfilao a por la siguiente (¡joder, después de 30 años hasta voy a aprender a escalar y todo!). Total que cuando quito la cinta miro a mi derecha y allí está Rafa, en su nidito de águila sonriendo y a mí que me da la taquicardía cuando veo el percal ¿y ahora qué? pregunto inocentemente, pues ahora con mucho cuidadito, contesta Rafa. Pero tíoooo... esto tá pino, pino y no hay ná de ná. Mete barriga, estírate mucho, mucho y tienes una fisurilla para la mano. Lo de meter tripa, no hay problema, lo hago mucho, cada vez que veo una titi de buen ver. Así que la primera parte del problema está resuelta. Ahora, lo de estar en adherencia y estirar mucho, mucho, el brazo ya no es tan habitual y menos cuando toco la fisurilla (por eso no la veía)... pero tíooooo... si esto es la raya de un lápiz. Todavía no me lo creo, con las yemitas apoyadas abro el pie derecho tó lo que me da hasta un desconchón para el pie derecho, le clavo el dedo gordo como si quisiera hacerle daño y ¡hop!, ¡qué risa, sale el paso pero ¿y el pie izquierdo?, me toca darme un paso de bailarina que no me lo creo ni yo... este se lo ha dado mi ángel de la guarda que es un viejo amigo que me acompaña a todas partes (menos cuando se mosquea conmigo, claro, aunque luego, siempre me perdona). Reunión y risa tonta, desde allí como unos diez o quince metros más arriba a nuestra izquierda está la reunión que buscábamos. Así que, como Mariano nos había dicho que venía detrás nuestro nos vamos para allá para dejar la reunión libre. Largo corto y fácil, placa y fisurilla y reunión colgada. Bueno, pues ahora sí que estamos en la Harakiri (sí claro, estábamos en la Harakiri ni más ni menos que porque la reunión es común con la Casera Atómica).



Así que sale Rafa a por lo que sería el segundo largo que para nosotros era el tercero, adherencia, pequeña travesía a izquierdas y fisura chula hasta el final de la trave de la Rivas, donde pensamos que tira la Harakiri por un pequeño diedro hasta una especie de placa abombada con aspecto de estar llena de cicatrices que intuímos como buenas regletas. Llega Rafa debajo y dice, oye tío que por aquí baja un curso de agua, está empapado así que tiro a la izquierda. Vete a la segunda reunión de la Julito y allí esperamos a estos. Dicho y hecho, a lo más divertido de la travesía, bajar a la canal por la que sigue la Rivas y subir a la terraza de la Julito. ¡Y menos mal que estaba mojado!, porque después he podido ver que este era el segundo largo de la Casera Atómica que es ni más ni menos que 6b, ¡menudo marrón, sobre todo para mí!
(...saludos a Rodri (VC) y compañía que se estaban apretando la Psicosis (7b+)...)

Y allí estuvimos, fumando, charlando, echando unas risas y unas fotos mientras estos venían. Al menos harían el tercer largo de la Julito que, personalmente, considero el más chulo de toda la vía, además de ser el más largo. Ese murito vertical de regletitas la verdad es que me pone mucho, además de la continuidad del largo, no será muy difícil, pero no te puedes descuidar, es de ir muy atento, moverte mucho y como dicen por ahí... ¡hay que escalarlo!



Total, que cuando terminamos ese largo toda la compaña, ya eran las dos. Mariano, tenía que volver (esta tarde tenía la presentación de su viaje en "Tierra de Fuego") y Rafa y yo nos hemos vuelto a quedar con las ganas de hacernos ese largo de la Harakiri que tan buena pinta tiene... pero aquí lo primero es lo primero, y lo primero son los amigos y disfrutar con ellos de otro estupendo día haciendo el cabra y subiéndonos por la piedras.




Hala, habéis visto, ya tenéis algo que leer antes de iros a la cama. Espero que os haya gustado por lo menos un poquito, la próxima nos llevamos un "crosquis" y, seguro que no nos reímos tanto, pero el largo ese cae, vaya que si cae.
Por cierto, cuando el pire de Mariano, se quedó puesto un camalot y un mosquetón que él pensó que recogeríamos después. Pues bien, alguno tuvo los santos coj***** de subirse a cogerlo y llevárselo. Ya sabemos que, movido por su natural inclinación a la compasión y la generosidad, con la única intención de devolverlo después, por eso, desde aquí le digo: ¡Gracias amigo, es nuestro, puedes ponerte en contacto con nosotros para ver cómo nos lo haces llegar!, ¡muy amable!